Explicación científica de por qué lo más importante a entrenar en el fútbol es el CEREBRO en etapas de formación.
🧠👉🏽⚽ Hagamos que las nuevas generaciones de profesionales del fútbol entiendan la profesión desde el cerebro y no desde el musculo.
Lejos de ser algo tan simple como dar patadas a un balón hasta que éste se cuela en la portería, el fútbol es una compleja actividad humana en la que participa todo el cerebro.
A la hora de moverse en el terreno de juego, lo más importante del futbolista es su corteza motora, una región del cerebro situada en el lóbulo frontal, su porción más anterior.
Los millones de neuronas que contiene esa región se organizan en diferentes zonas con funciones sucesivas y subordinadas, una para planificar los movimientos que requiere cada jugada, otra para organizar las secuencias correctas de los mismos y otra finalmente para hacer llegar a los músculos las órdenes necesarias para ejecutar esos movimientos.
El cerebelo, otra importante parte del cerebro situada en su parte posterior, ayuda a que los movimientos a realizar por el futbolista estén bien coordinados y sean precisos.
Esa información permite a la corteza motora corregir permanentemente los movimientos del futbolista en cada jugada cuando estos son erróneos o poco certeros.
Además, la corteza motora no decide por su cuenta los movimientos a realizar, pues para ello recibe continuamente instrucciones de la corteza prefrontal, la parte más evolucionada y anterior del cerebro humano, encargada de dirigir el pensamiento, resolver conflictos, tomar decisiones y planificar el futuro.
Es en esta otra parte del cerebro donde el jugador decide la jugada a realizar y prevé las siguientes.
El cerebelo ayuda a que los movimientos a realizar por el futbolista estén bien coordinados y sean precisos
¿Qué hace de un individuo un buen futbolista?
En la calidad de un jugador intervienen muchos factores, algunos innatos y otros adquiridos con la experiencia.
La herencia biológica puede proporcionar a un jugador facultades perceptivas y de ejecución motora que le permitan coordinar sus movimientos mejor que lo hacen otros.
Esas mismas cualidades mejoran también con la práctica.
También es posible que algunos jugadores tengan más capacidad que otros para mejorar con la práctica sus habilidades innatas.
Ni que decir tiene por otro lado, que en la calidad de un jugador interviene también la inteligencia general del mismo, y sus inteligencias práctica, creativa y emocional, basadas todas ellas en factores tanto heredados como aprendidos.
La inteligencia de todo tipo puede hacer que algunos jugadores sean más capaces que otros para intuir la mejor jugada a realizar o para averiguar las intenciones del contrario, en cada situación del juego.
Todo ello sin olvidar la motivación que tenga el jugador por el fútbol y el éxito en el mismo, lo que a su vez está muy condicionado por sus experiencias y su educación tempranas.
Ignacio Morgado (Director de la universidad Autónoma de Neurociencias de Barcelona)
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