Neuro Liderazgo Transformacional: una perspectiva revolucionaria del liderazgo
El neuro liderazgo estudia los procesos cerebrales que intervienen en distintos aspectos relacionados con la conducta y la toma de decisiones, así como con la forma de relacionarse con los demás.
La neurociencia es un ámbito de estudio científico que se centra en analizar el comportamiento del sistema nervioso.
El neuro liderazgo tiene como objetivo conocer cómo funciona el cerebro de los líderes con la finalidad de optimizar su rendimiento, así como el de los empleados que tienen a su cargo. De este modo, esta disciplina que se deriva de la neurociencia puede mejorar, en gran medida, la efectividad de las personas que ocupan puestos directivos.
El neuro liderazgo no ha surgido de la nada. Por el contrario, se apoya en recientes investigaciones sobre la actividad cerebral humana, concretamente de la neurociencia, y pretende aprovecharlos al máximo para mejorar los resultados de la acción directiva.
La definición básica de este concepto habla de una herramienta que busca entender los procesos de funcionamiento del cerebro en su sentido más amplio y de esta manera optimizar la labor de dirección de negocios e influir positivamente en el entorno en el que se opera desde el rol de líder empresarial.
De ahí que no parezca raro ver que algunas empresas han empezado a implementarlo en campos como el de Recursos Humanos o la dirección de equipos de trabajo, pues supone una alternativa novedosa ante los métodos tradicionales.
Neuro liderazgo, la neurociencia en la gestión mental de personas.
Partiendo de comprender cómo funciona el cerebro, su anatomía y su fisiología, el neuro liderazgo intenta definir la base neuronal del liderazgo y de la gestión de las personas.
La conducta, la toma de decisiones, la motivación, la inteligencia emocional, la forma de relacionarse con otros, la inteligencia y aprendizaje individual y organizacional son aspectos que tiene que tomar en cuenta un buen líder.
Un cambio de paradigma cuyos avances se están dando a conocer y aplicando a pasos acelerados.
Descubrimientos sobre el comportamiento del cerebro que nos ayudan a entendernos, pero, sobre todo, a entender a las generaciones más jóvenes, y su manera de relacionarse con el entorno profesional.
Retos a los que los nuevos líderes se enfrentan ya en el presente para lograr que las personas logren su máximo potencial en el futuro de la mano del desarrollo de la propia organización.
Las últimas investigaciones sobre el cerebro están demostrando, además, que es profundamente social, y que es fundamental la generación de un vínculo emocional.
Crear “fans” más que clientes o trabajadores.
Una experiencia que sea memorable.
Personas que buscan organizaciones impulsadas por valores.
Con una cultura fuerte, con una visión y misión compartidas, con unos valores alineados con los valores de las personas que trabajan allí o que consumen sus productos.
Que necesitan líderes apasionados, auténticos, generosos con su tiempo.
Que influyen en los demás, escuchen, se comprometan y piensen más allá de sí mismos.
Un cerebro que además se puede cambiar.
Los estudios han demostrado que el cerebro se puede modificar con entrenamiento. Con lo que el individuo y su capacidad de decisión adquieren un valor enorme.
“Cambia tu cerebro, cambia tu vida”.
Un pensamiento que cambia físicamente con la experiencia, y no solo la propia, si no la de los demás.
Los estudios sobre las neuronas espejo han demostrado que sonreír a la persona que tenemos en frente hace que, aunque esa persona no sonría, se activen en su cerebro las mismas partes que al sonreír de verdad.
Una diversidad no solo entre personas, sino de la misma persona a lo largo del tiempo, que las empresas tienen que aprender a liderar.
Ahora bien, ¿en qué consiste realmente el neuro liderazgo? ¿Qué principios debes conocer antes de llevarlo a la práctica?
Bases cerebrales del liderazgo
Varios descubrimientos científicos que nos hacen entender el liderazgo de una manera diferente.
Prácticamente cualquier ámbito del comportamiento humano tiene una faceta neurobiológica, que puede ser estudiada investigando el funcionamiento del cerebro.
Sin embargo, este ámbito de investigaciones no se centra solo en los procesos mentales del individuo aislado de su entorno, aino que incluye también la manera en la que el entorno influye a nuestras redes de neuronas, y viceversa.
Por eso existe el neuro liderazgo, concepto que hace referencia a la parte del liderazgo y la gestión de equipos que tiene que ver con lo que sabemos sobre el cerebro humano.
Aquí encontrarás varias ideas clave que ayudan a entender de qué manera el funcionamiento del cerebro se relaciona con la manera de actuar de los líderes, según principios del neuro liderazgo.
Capacidad de atención:
Está científicamente demostrado que la corteza prefrontal del cerebro se relaciona con la capacidad de resolución de conflictos, la planificación estratégica y la toma de decisiones.
Pues bien, en este caso se trata de mantener un adecuado nivel de atención para que de este modo se activen los circuitos cerebrales de dicha zona del cerebro y se enfoquen los asuntos que más atención ameriten.
Neuro plasticidad:
La habilidad para gestionar el cambio: la capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones está especialmente desarrollada en el caso de las personas directoras. Esto, que tiene relación con la plasticidad del cerebro, hace que puedan lidiar con los problemas más fácilmente y que sean más resilientes.
Este concepto hace alusión a la capacidad del cerebro para adaptarse a situaciones diversas, así como de regenerarse, reformarse y reorganizarse a sí mismo.
Bien aplicada, la neuro plasticidad supone un giro radical en lo que al conocimiento y la experiencia se refiere.
De hecho, algunos estudiosos en la materia la consideran una herramienta imprescindible para la adaptación a nuevos entornos, los cambios de hábitos y de percepciones y, en últimas, las transformaciones en la manera de ver el mundo y, claro, de ejercer la labor directiva.
Neuro aprendizaje:
Se centra en las distintas maneras en que el cerebro adquiere conocimientos. Según esto, existen dos formas de hacerlo: por asociación o por experiencia.
En la primera de ellas lo fundamental es aprender algo partiendo de otra cosa que ya había antes; en la segunda, la experiencia es decir, el contacto directo con la realidad es la mejor manera de adquirir conocimientos.
Por tanto, un buen líder empresarial debe aplicar estos principios para sí mismo y crear las condiciones para que sus equipos de trabajo lleven a cabo satisfactoriamente el proceso de aprendizaje.
· Inteligencia emocional: es imprescindible para manejar y entender los propios sentimientos, así como para entender los de los demás.
1. La importancia de la memoria emocional
Las últimas décadas de investigación en las bases neurobiológicas de la memoria nos han mostrado que la parte emocional de los recuerdos funciona de una manera distintaal modo en el que “archivamos” en nuestro cerebro los elementos más racionales y fáciles de explicar verbalmente.
Esto significa, entre otras cosas, que la intensidad del recuerdo de una emoción no tiene por qué ser la misma que la del recuerdo de una idea, frase o razonamiento.
De hecho, la huella emocional suele ser más duradera que aquella que se expresa a través de ideas concretas y palabras.
A la práctica, nuestras actitudes hacia una persona dependen no de aquellas creencias que tenemos sobre ella, sino de las emociones y sensaciones que nos produce por las veces que hemos entrado en contacto con ella en el pasado, aunque no recordemos exactamente qué pasó en esos encuentros.
Por eso, el tono emocional de un diálogo suele ser tan o más determinante que el puro contenido de lo que se dice a la hora de dejar un buen recuerdo en las personas y facilitar que nuestros puntos de vista sean tenidos muy en cuenta.
Una misma conversación puede hacer que surja o no surja un liderazgo, dependiendo del modo en el que se habla, siendo el contenido de lo que se dice el mismo.
2. La demora de la gratificación
La capacidad para renunciar a recompensas inmediatas para poder optar a recompensas a medio o largo plazo es una de las capacidades psicológicas que más útiles resultan a la hora de alcanzar metas ambiciosas, que son aquellas a las que pueden aspirar grandes equipos que se coordinan entre sí.
Poniendo el foco en el individuo (y más concretamente, en su cerebro), esta característica mental tiene que ver con la manera en la que los lóbulos frontales contrarrestan las influencias que el sistema límbico tiene a la hora de establecer planes de acción.
Mientras que los lóbulos frontales están relacionados con la socialización y la conceptualización de metas abstractas, el sistema límbico es mucho más pasional e individualista.
Esto significa que quienes han desarrollado unos lóbulos frontales más conectados con el resto del cerebro, suelen tener mayores facilidades para resistir las tentaciones e invertir tiempo y esfuerzo en llegar a objetivos, lo cual es fundamental en los líderes tanto para no hacer fracasar proyectos como para dar ejemplo.
3. Recursos comunicativos
La capacidad para comunicarnos utilizando el lenguaje es la característica definitiva que nos distingue de los animales, y lo es por un buen motivo.
Gracias a esta herramienta basada en símbolos, podemos involucrar en una misma acción a un número prácticamente ilimitado de personas, contribuyendo a que se pongan de acuerdo para lograr una meta común.
Por ejemplo, gracias al desarrollo del lenguaje mediante una reorganización de la corteza cerebral fue posible establecer redes de comercio primitivo y cazar en grupo, y la expansión de esta clase de habilidades a partir de la escritura dio paso a las grandes civilizaciones con ciudades en las que la vida social y cultural se centralizaba.
En el mundo de las organizaciones, los recursos comunicativos tienen un papel igual de esencial; aunque parezca que todo el mundo tiene que tener claro qué es lo que debe hacer, lo cierto es que en la mayoría de los casos este enfoque tan individual del trabajo crea problemas innecesarios y limita la capacidad para crecer que tienen los grupos y los equipos.
Aprender las herramientas más importantes para comunicarse teniendo en cuenta el contexto y el lenguaje no verbal es clave para que el flujo comunicativo de una empresa o equipo vaya a favor del funcionamiento general de la entidad, y no en contra de este al alimentar ambigüedades y malentendidos.
Los líderes deben actuar como dinamizadores de esta red de comunicaciones dentro de un equipo, para que las ideas puedan ser expresadas y las dudas puedan ser solucionadas a tiempo.
4. Las claves de la identidad de grupo
Los líderes tienen que ser capaces de transmitir los valores y las ideas en las que se basa una organización, independientemente de si esta es formal o informal. Y en este aspecto es necesario tener en cuenta que los seres humanos percibimos los elementos como un todo, sin valorar sus elementos individuales por separado.
Por ejemplo, si en una empresa en la que se dice constantemente que la cooperación es el valor clave de la organización hay una arquitectura y diseño de espacios que denoten fuertes separaciones entre rangos y tendencia a la exclusividad elitista de algunas zonas, el resultado no será que los trabajadores tendrán una percepción equilibrada de la entidad al tener la impresión de que un elemento se compensa con el otro; al contrario, creerán que en el funcionamiento de la empresa hay grandes incongruencias.
Por eso, los líderes deben actuar como Relaciones Públicas de puertas para afuera, pero también de puertas para adentro, para que exista una filosofía de organización clara que se plasma sin incoherencias tanto en la manera de trabajar como en la estética de los recursos utilizados.
A modo de conclusión
El neuro liderazgo introduce una nueva de forma de pensar, decidir y hacer en el contexto del liderazgo.
Propone un nuevo paradigma en la forma de gestionar y aprender en lo individual y en lo organizacional, con base al funcionamiento del cerebro concluye que:
El neuroliderazgo se centra en cómo los individuos en un ambiente social toman decisiones y resuelven problemas, regulan sus emociones, colaboran con otras influencias, y facilitan el cambio.
El desafío, entonces, del neuroliderazgo es reconocer como funciona el cerebro para canalizar el liderazgo, constituir equipos de trabajo efectivos, tomar decisiones en forma efectiva y motivar a la gente. Bajo este paradigma:
Las nuevas herramientas no están afuera, sino dentro de cada uno de nosotros.
Esta perspectiva del ejercicio del liderazgo no propone formulas ni recetas predeterminadas, sino que promueve el desarrollo de las propias (personalizadas) soluciones y estrategias, sobre la base de cómo funciona el cerebro de la persona.
En este sentido, se opone a todo intento de predeterminación y rutinización que inhiba o no estimule los procesos de cambio.
Esto supone desarrollar una nueva cultura para el desarrollo del liderazgo, o un esquema en el que puedan converger los esquemas clásicos con este nuevo esquema.
¿Se puede, entonces, utilizar toda esta información aportada por la neurociencia para preparar el cerebro para liderar, tomar decisiones con mayor precisión, dirigir equipos de trabajo con mayor eficacia, etc.?
Así mismo, ¿Puede ayudar este conocimiento en el desarrollo de nuevas herramientas de planificación, o en llevar a cabo con más efectividad procesos de cambio?
De igual modo, ¿Puede contribuir toda esta información en la comprensión de la implicancia de las diferencias neurobiológicas en los diferentes estilos de liderazgo?
La respuesta es afirmativa.
El neuro liderazgo encierra un gran potencial para el desarrollo del liderazgo en las organizaciones.
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